martes, 3 de febrero de 2009

Cuando el navegante genovés Cristóbal Colón a fines del S.XV, se presentó ante los reyes de España: Fernando e Isabel, a fin de persuadirlos para que le patrocinaran una travesía marítima, con el propósito de “descubrir una ruta” para llegar desde Europa hasta la India, y de esa manera, crear lazos comerciales con dicha región.

Sin embargo, convencer a los monarcas no fue tan fácil. ¿Por qué razón? Debido a que durante la Edad Media (período comprendido del S IV a mediados del XV d. C) se creía que la tierra no era redonda, sino cuadrada y que al salir una embarcación del norte hacia el sur, por ejemplo, la nave se precipitaría en un abismo. Los “sabios geógrafos” de la época de Colón, aún mantenían esa concepción errónea del planeta.

No obstante, el navegante genovés, creía que el planeta sí era redondo. ¿Por qué estaba tan seguro? Se cree que leyó dicha “revelación geográfica” en la Biblia, específicamente en Isaías 41:21-22 “…No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? Él está sobre el círculo de la tierra,…él extiende los cielos como una cortina” ¡Cómo no iba a estar seguro de su teoría sobre la redondez de la tierra! Dicho conocimiento lo obtuvo Colón, no por labios de hombres, sino por la revelación de las Sagradas Escrituras.

Por Vladimir Orellana Cárcamo